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INTRODUCCIÓN
Vendrá cuando menos te lo esperas - una frase que ha causado un gran daño. Nadie va a venir a buscarnos a casa para proponernos el proyecto de nuestras vidas. Hay que ir a su encuentro.
Entendiendo nuestro cerebro, gestionando nuestras emociones, mejoramos nuestra vida.
LA FELICIDAD
La felicidades no se define, SE EXPERIMENTA. Para conocer hay que haberla sentido y, una vez se ha sentido, las palabras quedan cortas para explicarla. No hay guías rápidas ni atajos que aseguren la felicidades. La felicidad consiste en tener una vida lograda, donde intentamos sacar el mejor partido a nuestros valores y a nuestras aptitudes.
La felicidad está íntimamente relacionada con el sentido que le damos a nuestra vida, a nuestra existencia.
El primer paso para ser felices es conocer qué le pedimos a la vida. La felicidad verdadera no está en el tener, sino en el ser. La felicidad tiene mucho que ver con la manera en que yo me observo, analizo y juzgo, y con lo que yo esperaba de mí y de mi vida. La felicidad se encuentra en el equilibrio entre mis aspiraciones personales, afectivas, profesionales y lo que he ido logrando. Esto tiene un resultado: una autoestima adecuada, una valoración adecuada de uno mismo.
Necesitamos herramientas para superar las heridas y los traumas del pasado. Este talento nace del interior, la resiliencia. Boris Cyrulnik la define como “la capacidad del ser humano para reponerse de un trauma y, sin quedar marcado de por vida, ser feliz”. Las batallas las ganan los soldados cansados; las guerras, los maestros de la fortaleza interior.
EL AMOR
Para que funcione bien una relación: de pareja, de negocio, de empresa o familiar, es fundamental que las relaciones entre las personas involucradas sean sanas. Las buenas relaciones nos hacen más felices y más saludables.
De acuerdo a un estudio de Harvard, por Robert Waldinger, se han aprendido tres cosas sobre las relaciones humanas:
Las conexiones sociales nos benefician y la soledad mata.
Lo importante no es el número de vínculos sociales, sino la calidad de estos.
Las buenas relaciones no solo protegen el cuerpo, sino que también protegen el cerebro.
Es importante hablar bien de las cosas buenas; y con las cosas malas, mantener una posición neutra.
Tres palabras que tocan el corazón de las personas: gracias, perdón y por favor.
“Al hombre se le puede arrebatar absolutamente todo, exceptuando la última de sus libertades humanas: la elección de su actitud ante la vida” - Victor Frankl
Los recuerdos tienen un poder curativo incluso mayor que las experiencias positivas en sí mismas. Recordar eventos gratificantes, emotivos o alegres del pasado permite a nuestro organismo liberar sustancias bioquímicas antidepresivas. Tu mente y tu cuerpo no distinguen lo que es real de lo que es imaginario.
EL PRESENTE
Suelo definir la felicidad como la capacidad de vivir instalado de manera sana en el presente, habiendo superado las heridas del pasado y mirando con ilusión el futuro. Depresión (pasado) y ansiedad (futuro) son las dos grandes enfermedades del sigo XXI.
El 90% de las cosas que nos preocupan nunca jamás suceden, pero el cuerpo y la mente las viven como si fueran reales.
Pocas emociones resultan tan tóxicas como la culpa. Consiste en sentí que uno NO ha actuado correctamente o que no ha cumplido con las expectativas que había generado, decepcionando así a otras personas, o a uno mismo.
Puede originarse del interior. Uno mismo trae a su mente una dececpción o fallo.
Puede originarse del exterior. Cuando tu entorno te recuerda o “te apunta” por un error.
Perdonar es dar un bien tras recibir un daño. El poder del perdón puede sanar las heridas. Olvidar es algo de lo que el tiempo se ocupa, pero perdonar es un acto de la voluntad y solamente el que sufre está calificado para tomar la decisión. Perdonar no significa aceptar que lo que la otra persona cometió fuera aceptable o comprensible. El perdón es necesario porque el dolor que genera la herida no merece estar anclado en tu mente.
El miedo nos acompaña desde nuestro nacimiento, sin miedo seríamos criaturas insensatas e imprudentes. El miedo siempre está dispuesto a ver las cosas peor de lo que son. No es cuestión de eliminar el miedo, sino de saber que existe y aprender a gestionarlo de forma correcta. La valentía no es ausencia de miedo, sino capacidad de prosperar y avanzar pese a este.
La felicidad no es lo que nos pasa, si no como interpretamos lo que nos pasa. Tu realidad cambia, cuando cambias tu manera de pensar. Los pensamientos los podemos educar o reeducar.
Abandona tu rol de víctima, empieza a ser el protagonista de tu vida.
Tu sistema de creencias está basado en tus ideas prefijadas sobre la forma de ver la vida y el mundo que te rodea y lo que crees de ti mismo. El sistema de creencias nos predispone en la vida y forma una fuente de influencia muy potente.
La actitud previa a cualquier situación determina cómo respondo a ella. La actitud es la decisión con la que yo decido enfrentarme a la vida. Al ser una decisión, uno siempre se puede trabajar y mejorar en ello.
“El verdadero acto del descubrimiento no consiste en salir a buscar nuevas tierras, sino en aprender a ver la vieja tierra con nuevos ojos”. Marcel Proust
Observa y deléitate con la realidad que te rodea, verás cómo esta siempre es atractiva de una u otra forma. No te acostumbres nunca a la persona de la que te enamoraste, que no te venza la rutina exige atención.
LAS EMOCIONES
Vivimos en una sociedad que nos incita a bloquear y anular las emociones. Esto se debe a que parece que sentir o emocionarse es un signo de debilidad o de falta de fortaleza.
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